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zurdo, no sordo

26/10/2017

“¿Pero eres zurdo?” Este molesto asombro me ha perseguido a lo largo de mis días, dejando cierto sabor discriminatorio con el cual he tenido que convivir; mas lo que le pasó a mi “amigo” Jeremy si no tiene parangón. ¡A él sí se la pusieron dura!

El inicio del curso escolar para mi padre era una tortura. El primer día tenía que cargar conmigo y con un pupitre especial, de paleta izquierda, mandado a construir con un carpintero del barrio, porque si no se me cansaba el brazo al escribir; mi letra sería un desastre (como en efecto lo es) y no rendiría en la escuela, decía la maestra, aunque para entonces, y suerte mía, se había desterrado ya la práctica antipedagógica de amarrar detrás de la cintura la mano siniestra para que se desarrollara la diestra. (¡Hasta el propio lenguaje nos segrega!).

Después, vinieron los dedos engarrotados dentro de los guantes de béisbol porque estaban concebidos para derechos, tocar la guitarra prestigiando ese brazo, obligatoriamente, a pesar de atravesarte en el ritmo por no utilizar tu mano dominante o aguantar expresiones como: “Amanecí con el pie izquierdo” (para denotar mala suerte) y “los zurdos no saben ni limpiarseeee...” (¡Ustedes entienden!)

Sin embargo, nada de esto es comparable con la tragedia personal de mi “amigo” Jeremy. Su drama es más grave que cualquier acoso. Es la historia de un caracol zurdo, limitado de forma terrible en su apareamiento. Investigadores de una universidad inglesa han querido resolverle el problemón que tiene. Nació con la espiral de su caparazón contraria a las manecillas del reloj, haciendo que sus genitales estén del lado opuesto y no pueda culminar sus apetencias sexuales por mucho que se contonee o baile el famoso Guachineo... y  no “(...) con la punta’el pie...”

Los científicos, en el afán de que Jeremy pruebe a qué sabe “el coquito con mortadela”, hicieron un llamamiento público para buscarle pareja, incluida una cuenta abierta en Twitter. Meses después aparecieron dos babosas zurdas: Lefty, un ejemplar de la fauna inglesa, y uno español al que le llamaban Tomeu. La tragedia sobrevino cuando ambos ignoraron a mi “amigo”, para colmo de desgracias, y se dedicaron a copular entre ellos, dando origen a nuevos diestros. Ahora, tendrán que esperar próximas generaciones para conseguirle amante zurda.

Desde el año 1976 se celebra en todo el mundo, los 13 de agosto, el Día Mundial de la Zurdera, no obstante nadie me felicitó ni envió regalos, aunque fueran para diestros, siendo yo “siniestro”. En la antigüedad consideraban que teníamos “la marca del diablo”, éramos maleducados, neuróticos, rebeldes, propensos a la criminalidad y al alcoholismo, sin embargo nos dicen ser dueños absolutos de la creatividad y la imaginación. También, más propensos al insomnio. ¡Díganmelo a mí! Me preocupa, y mucho, que Jack el Destripador y Osama Bin Laden “jugaban en mi team”.

En Brasil, la palabra "surdo" (así, con ese) significa “sordo”, de manera que pasé todo un curso explicándole a mis compañeros que yo escuchaba perfectamente. Digo estas cosas porque es hora ya de comenzar a defender, en lugar de derechos, nuestros izquierdos humanos, como dijera Galeano.