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09/07/2021
Con el techo bien alto
Al influjo de sus hermanos profesionales, Ginóbili comenzó a forjar su leyenda en Bahiense del Norte, el club donde su padre era presidente, a la vuelta de su casa. "El zurdito pinta para ser el mejor de los tres", decían en aquellos años, cuando Leandro y Sebastián ya jugaban en la Liga Nacional de Básquetbol y Emanuel se medía contra una pared de su casa para ver si podía seguir creciendo para alimentar su sueño. Y vaya que creció: en 1995 debutó en la LNB, tres años después empezaba a conquistar Europa y en 2002 arribaba a la entonces lejana NBA. En paralelo, su figura crecía en la Selección Argentina hasta llegar al subcampeonato mundial en Indianápolis, cuando comandó al equipo que venció por primera vez a un Dream Team estadounidense. Dos años después llegaría el momento más glorioso, cuando ganó la medalla dorada y fue elegido como el MVP de los Juegos de Atenas 2004.
Manu Ginóbili, ganador de cuatro anillos de la NBA con los Spurs.
Si a esa altura su zurda ya era parte de la historia, 14 temporadas en la máxima Liga del mundo, con cuatro anillos de campeón, lo catapultaron a la categoría de leyenda. Además de los títulos y ser elegido dos veces para participar del All Stars Game, Ginóbili dejó un legado para el resto de la Liga: en la cancha, el Euro Step, su movimiento típico para atacar el cesto que fue elegido como la mejor jugada de la historia de la Liga. Y fuera, revalorizar la posición de sexto hombre, al relegar protagonismo y lucimiento personal en beneficio del equipo.